UN RAZONAMIENTO INTEGRADOR ACARICIA EL CORAZÓN DE NUESTROS INTERLOCUTORES
Nuestra mayor capacidad para movernos en el mundo es analizar lo que sucede para luego dar una respuesta “efectiva”, esta capacidad, es parte del legado cultural occidental
Nuestra mayor capacidad para movernos en el mundo es analizar lo que sucede para luego dar una respuesta “efectiva”, esta capacidad, es parte del legado cultural occidental, y como civilización, la hemos aprendido durante siglos. El análisis conlleva separar para entender, diferenciar, y en esa distinción accionar. Este tipo de reflexión es lenta, dado que son argumentaciones reactivas defensivas. Por lo tanto, el tiempo de adaptación al contexto es mayor. La alternativa es una reflexión integradora, que ante un emergente observe relaciones, en la mayoría de los casos antagónicas, para, en su fusión, permita respuestas innovadoras y ajustadas a la necesidad emergente. En esta situación que emerge como disruptiva, la capacidad de establecer vínculos exitosos entre diferencias se hace explícitamente más importante que obtener el control unilateral de una situación. La importancia radica en que el flujo de información se incrementa integrando todas las miradas, facilitando la adaptación a lo nuevo. Además, genera un tipo de comportamiento del sistema altamente efectivo para nuevos desafíos validando a las personas, potenciado el compromiso y el involucramiento. Y tu ¿Qué precio pagas por tu forma de liderar y conversar?