Emovere

Luego de muchos esfuerzos...

Joaquín logró, luego de muchos esfuerzos por estudios, especializaciones, altas jornadas de trabajo, poca vida social (trabajaba 24x7), posicionarse como alguien de valor en...

Luego de muchos esfuerzos...

 

Luego de muchos esfuerzos


Joaquín logró, luego de muchos esfuerzos por estudios, especializaciones,  altas jornadas de trabajo, poca vida social (trabajaba 24x7), posicionarse como alguien de valor en organizaciones internacionales de primer nivel, accediendo así a beneficios diversos que deseaba: altos ingresos, viajes por el mundo, acceso a trabajar en equipos internacionales, altas responsabilidades, etc.


En un momento de su carrera, comentó que a pesar de todo lo logrado, seguía experimentando el destrato (maltrato) de superiores, pares y a veces de clientes, siendo que el servicio que ofrecía era de primer nivel, alta responsabilidad y compromiso. 


No conforme con esta situación buscaba respuestas, dado que la única explicación que podía dar cuenta es que “las personas con las cuales trabajaba” competían de manera injusta, eran hipócritas e interesadas. Y los clientes: Buscaban sacar ventaja, pagar poco y aprovecharse de las áreas grises de los contratos.


Quizás, mucho de lo que él suponía que sucedía era así, igualmente, a pesar de que encontraba una explicación que daba cuenta del malestar que tenía, no lograba superar la situación, al punto que, poco a poco, se replanteó continuar con su carrera profesional. Decía: por más que me esfuerce no logro disfrutar de lo que hago, he renunciado a todo por nada.


¿Han observado o experimentado algo similar? 


Aquí queremos focalizar en que mucho de lo que experimentamos, malestar o bienestar, no siempre se relaciona en cómo lo explicamos. 


De hecho Joaquín, explicaba que lo que le pasaba era “por esto o aquello“, pero no podía cambiar lo que le pasaba. La explicación solo le daba certidumbre, pero no lo sacaba del lugar de insatisfacción y padecimientos. 


Luego de un proceso de cambios profundos, tomó consciencia de todo lo equivocado que estaba con esos supuestos y comenzó a encontrar otras explicaciones que le permitieron salir del lugar de frustración y ubicarse en uno dónde pudo construir un tipo de relaciones acorde a sus necesidades.


Desde nuestra mirada, las personas etiquetamos todo el tiempo a los otros, a las situaciones y a nosotros mismos, y en esta acción le damos un sentido a lo que sucede, esta perspectiva a veces nos permite superarlo, y la mayoría de las veces nos resignamos a que “las cosas son así” y que “nada se puede hacer”. 


Aceptamos el malestar como parte de lo que hacemos y seguimos con nuestra vida, tranquilos de saber lo que pasa, aunque no tengamos poder para modificarlo.


Nosotros decimos que a partir de esta percepción, los vínculos que generamos con los otros definen el éxito o fracaso de aquello que deseamos. 


Imaginen qué tipo de relación puede construir Joaquín con sus colegas o clientes si parte de sus supuestos son que: los primeros son hipócritas y los segundos buscan sacar ventaja. 


“El tipo de relaciones que construye Joaquín, desde nuestra mirada,  están basadas en la desconfianza” 


¿Usted, cuando tiene desconfianza de alguien, cómo se comporta con esa persona?


Nosotros decimos que cuando una persona desconfía, es remisa a dar información, esquiva las preguntas, calla, en el mejor de los casos.

 

Por lo contrario, cuando la desconfianza es mayor, aparecen ironías, comentarios fuera de lugar y a veces hirientes o tonos de voz elevados y agresivos. 


En síntesis, cuando las personas sentimos desconfianza, nos sentimos vulnerables y nos protegemos, por lo que nuestro comportamiento o reacción es defensiva. Por las dudas nos defendemos de aquello que desconfiamos.


Ahora bien, como mencionamos más arriba, la percepción (explicación) de lo que sucede, no siempre es lo que realmente acontece. 


Desde este lugar, la mayoría de las veces desconfiamos por percepciones erróneas y por ellas nos comportamos equivocadamente, impactando de la manera que no deseamos en las personas con las cuales interactuamos y en los resultados que buscamos.


Sucede entonces que cuando Joaquín no alcanza lo que desea, lo primero que aparece como explicación es: ¡Claro, por algo desconfiaba!, por eso he fracasado!. En esta misma acción, Joaquín, está en ceguera de sus comportamientos que han colaborado con su situación de disconformidad. 


¡Parece de locos! ¿Quiere obtener algo y lo que hace lo lleva al lugar contrario?


¿Lo has experimentado alguna vez?


Aquí necesitamos aclarar, que no estamos diciendo que Joaquín es responsable de todo lo que le sucede. Sería reduccionista e imposible suponer que una persona es quien define toda la realidad que vive y experimenta. Dado que los individuos que componemos la trama social somos interdependientes y el vínculo con otros define el tipo de resultados que obtenemos. 


Es necesario observar que hay aspectos que dependen de una persona y otros del contexto.

Nosotros queremos poner el foco en aquello que sí depende de aquel que es consciente de vivir una situación con otras personas que si le interesa experimentar.


La capacidad de diseñar metas y objetivos, permite además, definir qué acciones (comportamientos) se realizarán para obtenerlos. El diseño involucra cómo hacemos todo aquello que depende de nosotros mismos, como así también lo que no depende. Desde este posicionamiento, los individuos damos valor a la interdependencia de las personas y la responsabilidad de fortalecer la trama de relaciones.



Cuando Joaquín se resigna a “que las personas compiten de manera injusta, o los clientes buscan sacar ventaja”, en la misma acción, abandona el poder de elegir qué tipo de vida quiere vivir con otros, posicionándose inconscientemente, como víctima de las circunstancias y , por lo tanto, sin la posibilidad de transformar lo que sucede. Con este escenario el malestar impide que “disfrute sus logros” y el esfuerzo realizado sea una pérdida de tiempo.


¿Te sientes identificado?


¿Cómo impactan en ti estas líneas?